Quiero escribir sobre la rosácea porque es una enfermedad que nos pone nerviosos a los dermatólogos. Solemos recibir pacientes con esta condición los que muchas veces han visitado varios médicos y han recibido múltiples tratamientos. Vienen desanimados y muchas veces se encuentran con un nuevo médico desanimado. Voy a ser sincera, la rosácea es un desafío para mí. Tal vez porque 1 de cada 10 personas tiene algún grado de rosácea (de hecho en mi familia está lleno de rosácicos). También porque es una condición crónica lo que nos hace pesimistas nosotros pensando que no tiene solución. En mi consulta muchas veces me pasa enfrentarla como un vaso medio vacío, para que voy a mentir…
Se da más en mujeres de 30 a 50 años, personas de origen europeo, con factores genéticos, inmunológicos, entre otros. Además se puede gatillar por radiación UV, ejercicio, calor, microorganismos, alimentos calientes, picantes, grasosos, el alcohol y algunas cremas medicadas.
Pero no toda cara roja es rosácea. Es normal que si hacemos ejercicio o estamos al sol nos pongamos rojos. Una persona con rosácea tiene enrojecimiento constante y sensación de ardor, episodios de mayor enrojecimiento o flushing, lesiones como espinillas, ardor ocular y sensación de ojo seco, vasos sanguíneos notorios en la cara y engrosamiento de la punta nasal y el área entre las cejas (estas dos son bastante más infrecuentes). En suma, una condición bastante malagradecida a decir verdad.
No todas las personas perciben la rosácea como enfermedad, entre mis parientes prácticamente ninguno lo considera como tal pese a que yo feliz les indicaría una que otra cosita… también en el arte hay retratos de personas que evidentemente tenían rosácea pero se consideraba saludable y lindo tener las mejillas rojas ¡esta pintura de Maria Antonieta lo demuestra! Ahora no es tan así. Por supuesto que nadie quiere tener espinillas, ¡y mucho menos a los 30 años!
El tratamiento entonces debe ser PERSONALIZADO para cada paciente y en cada momento. No es lo mismo una rosácea con lesiones como espinillas, con ardor ocular o con enrojecimiento. También debe ser CONTROLADO ya que las condiciones pueden cambiar, requiriendo ajustes en el tiempo. Y por último debe ser PERMANENTE, lo que no significa que toda la vida va a estar enfermo sino que debe cuidarse con los productos adecuados y usar tratamientos cuando los requiera.
Para todos es muy importante evitar los gatillanes: sol, calor, comidas picantes, grasosas, alcohol, etc. También se debe escoger con cuidado los productos de aseo facial e hidratación ya que las caras con rosácea son extremadamente delicadas y reaccionan ante productos inapropiados, esto es válido también para las personas con lesiones tipo espinillas que frecuentemente usan productos astringentes para secarlas y estimulan aún más el enrojecimiento.
Y con respecto al tratamiento dependerá de la gravedad. Las cremas con metronidazol y ácido acelaico se usan en todas las etapas y se dejan de mantención. Los antibióticos se indican cuando hay lesiones como espinillas. Los retinoides se dejan si los primeros fallan reiteradas veces. Los láseres PDL e IPL son ideales para manejar el enrojecimiento y disminuir la formación de vasos sanguíneos pero es poco su rol cuando hay lesiones como espinillas. La cirugía, radiofrecuencia y laser CO2 se usan para rebajar el sobrecrecimiento de la punta nasal.
Prácticamente todas los laboratorios tienen alguna línea de productos para la rosácea con lociones limpiadoras, cremas hidratantes con tinte verdoso que contrarresta el color rojo, etc. Mi recomendación es consultar a un dermatólogo para obtener un consejo personalizado y un tratamiento adecuado, tener perseverancia con las medidas generales y acudir a los controles. Un saludo cariñoso, Catalina Andrighetti.