Cuando egresé de dermatología, decidí que quería transmitir mis conocimientos a través de un blog. Esta iba a ser mi primera entrada en la que por medio de datos duros les iba a cambiar la percepción con respecto a la exposición solar. Cambié de parecer porque comenzar con una prohibición es un poco negativo lo dejé para más adelante para no espantarlos con información terrible sobre el riesgo de la radiación solar en nuestras vidas.
“There is no such thing as a healthy tan” es un slogan que busca cambiar la mentalidad del “bronceado saludable” que hemos escuchado miles de veces. No les voy a mentir, yo también amo el sol, trotar, hacer deportes náuticos y también pasé horas al sol buscando el dorado fascinante (aunque lamentablemente este nunca llegó). Todo cambió cuando mi papá, que es ingeniero, me explicó que el cáncer son células que se multiplican sin control y que el único tratamiento es sacarlas sin importar donde estén. Le pregunté que podía hacer para evitarlo, me contestó que muchas cosas lo causaban y las que se podían evitar eran el sol y el tabaco. A mis 12 años no necesité más explicaciones para comenzar a cuidarme, aunque yo sé que mi reacción no es la habitual. Por eso ahora intentaré explicar con razones porque no existe el bronceado saludable.
Para comenzar hablaré de la radiación UV. Esta es mayor en zonas cercanas al ecuador y durante los meses de verano. También es mayor a mediodía y a mayor altitud sobre nivel del mar. Las nubes no modifican en lo más mínimo la radiación UV pero cambian la percepción de calor permitiendo estar más tiempo al sol, lo mismo que ocurre con el viento. Las superficies reflejan la radiación siendo las más importantes la nieve, el agua, la arena y el cemento. Por último, la capa de ozono que forma parte de la atmósfera, es la capa que absorbe la radiación solar evitando el daño pero es más delgada en el hemisferio sur y particularmente delgada en el cono sur justo sobre nosotros (de hecho mis pacientes colombianos y venezolanos me han comentado que jamás se habían manchado con el sol hasta llegar a Chile).
La radiación UV que llega a nosotros es un 95%b UVA que produce envejecimiento cutáneo, el 5% corresponde a UVB que permite la síntesis de vitamina D (OJO: para sintetizar vitamina D es necesaria una exposición de 10 minutos al día antes de las 11am o después de las 16hrs y no más), pero también es responsable del bronceado y quemaduras solares. También causa de manera directa daño al ADN lo que genera mutaciones y posteriormente cáncer de piel. En EEUU 1 de cada 5 personas desarrollará un cáncer de piel en su vida. En ese país, el melanoma es el cáncer que más rápidamente ha aumentado su frecuencia.
El envejecimiento cutáneo se puede dividir en intrínseco, nuestro reloj biológico y el extrínseco que se superpone al intrínseco y esta mediado por la radiación solar este daño se ve en nuestra piel como sequedad, arrugas, queratosis (áreas ásperas y rugosas) pecas, lentigos, melasma, vasos sanguíneos visibles, perdida de elasticidad, coloración amarillenta, aspecto acartonado, etc.
Además la radiación solar activa el vitíligo, la psoriasis y empeora la rosácea, son muchísimas las enfermedades de la piel que se activan con el sol. También gatilla enfermedades autoinmunes como el lupus, etc.
Nuestro organismo tiene medidas para protegerse del daño por radiación UV: la presencia de pelo y la capacidad de broncearse, es por esto que las personas de piel morena tienen menor riesgo de desarrollar cánceres de piel (pero OJO, ¡¡¡¡no están exentas!!!!). A nivel celular también tenemos mecanismos de reparación de daño al ADN.
Externamente podemos prevenir el daño solar primero evitando exponernos en horarios de alta radiación (11AM a 16PM), usando ropa protectora (gorro, manga larga, quitasol), usando filtro solar UVA y UVB y tomando antioxidantes.
Hoy en día no existen excusas para no cuidarse. La industria ha desarrollado fotoprotectores cada vez más apropiados para los gustos de cada persona: serum, gel, espuma, spray, crema, matificante, con o sin color, en las cremas hidratantes diarias, CC cream, polvo compacto, blistic, champú, etc. La ropa con filtro UV es cada vez más cómoda, accesible y más bonita (no lo negaré, en general no es linda ni barata). Los anteojos de sol son lindos y aportan estilo. Pero todavía falta más, los chilenos recibimos en la infancia toda la radiación que deberíamos recibir durante la vida (¡¡¡TODA!!!). Espero que mis razones sean convincentes para ustedes y que se cuiden. Un cariñoso saludo, Catalina Andrighetti.