Un tema que tocamos brevemente cuando hablamos de dermatitis atópica fue la influencia de las comidas sobre la enfermedad. Hoy me gustaría indagar más profundamente en este tema para aclarar algunas dudas y marcar las diferencias con las alergias alimentarias.
Los niños con dermatitis atópica presentan brotes intermitentes de lesiones en la piel. Uno de los sitios frecuentemente comprometidos, especialmente en los lactantes, es la zona de las mejillas. Es fácil entender por qué los padres y cuidadores establecen relaciones con los alimentos y contactantes que hayan estado presentes los últimos días con el orígen del brote. Sin embargo esta relación es bastante menos frecuente de lo que intuitivamente se piensa.
Como concepto general, los alimentos no tienen influencia sobre los brotes de dermatitis atópica, por este motivo, no se recomienda establecer dietas restrictivas a niños con este diagnóstico. Incluso en casos de examenes séricos que demuestran sensibilidad a un alimento (Anticuerpos IgE específicos), menos de la mitad de las personas realmente tenían clíncamente alergia a ese alimento.
Es importante destacar que, aunque es infrecuente, algunas dermatitis atópicas si pueden empeorar con algún alimento. En estos casos, la consulta con un dermatólogo o inmunólogo es muy importante ya que debe ser estudiada con examenes específicos y tratada. El tratamiento comprende la eliminación del alimento lo que debería manifestarse con una clara mejoría de los síntomas.
Por otro lado, los niños atópicos tienen mayor propensión a desarrollar alergias en el futuro, por ejemplo rinitis, asma y alergias alimentarias. Esta evolución de las alergias en el tiempo se conoce con el concepto «marcha atópica». Por lo tanto sería la piel defectuosa de los niños atópicos la que tiende a desarrollar una alergia alimentaria y no los alimentos los que causan el eccema.
Los síntomas de una alergia alimentaria comienzan al poco tiempo de haber ingerido o contactado el alimento con dolor abdominal, edema de labios y párpados, ronchas, nauseas, vómitos, anafilaxia, entre otros. En la piel, las lesiones son de tipo urticaria es decir se manifiesta clínicamente como ronchas y no placas de eccema. La urticaria por alimentos esta presente en 1 a 3% de la población general pero en un 10% de los niños atópicos. Aunque sus cursos son paralelos, es decir los brotes de dermatitis no tienen relación con los brotes de urticaria.
El estudio de las alergias alimentarias debe ser realizado por un inmunólogo que busque por medio de exámenes los alimentos causales. El tratamiento consiste en eliminar el alimento lo que frena completamente los síntomas. Una vez desarrollado el brote se debe manejar dependiendo de su gravedad desde antihistamínicos de forma ambulatoria hasta hospitalización y adrenalina en el caso de una anafilaxia. Es importante el control por un especialista en estos casos ya que muchos alimentos se encuentran «escondidos» entre los ingredientes de alimentos procesados y también muchos alimentos tienen reaccion cruzada con otros alérgenos ya sea respiratoros, de contacto o alientarios.
Recuerden consultar siempre a su dermatólogo o inmunólogo en caso de dudas sobre este diagnóstico. También evitar automedicarse y acudir a urgencia en caso de dificultad respiratoria u otros síntomas de alarma. Un saludo cariñoso, Catalina Andrighetti.