A sugerencia de mis amigas de la universidad, hoy hablaremos de un problema muy frecuente que nos afecta a todos en esta época de calor: la resequedad y engrosamiento de la piel de las plantas, especialmente los talones.
La piel de la planta de los pies es la más gruesa del cuerpo ya que debe ser capaz de resistir el peso corporal sin romperse y para esta función su epidermis tiene 1.5mm de grosor (en comparación la epidermis de los párpados que apenas tiene 0.1mm). La zona más externa de la epidermis se produce queratina a modo de protección ante la fricción, irritantes, infecciones, etc.
Con los años la piel va perdiendo elasticidad y las glándulas sudoríparas que aportan hidratación, dando lugar a talones endurecido, ásperos, con callos y fisuras. En los meses de verano usamos zapatos más abiertos dejando expuesta esta piel al aire libre y la tierra. A esto se le suma que los introducimos en piscinas, agua de mar, pasto, barro, etc.
Algunas enfermedades sistémias pueden manifestarse con engrosamiento de la piel de las plantas como: hipotiroidismo, climaterio-menopausia, diabetes mellitus, psoriasis, dermatitis de contacto, enfermedades hereditarias, infecciones por hongos, virus o bacterias, etc. Por este motivo es recomendable visitar un dermatólogo que evalúe de manera completa la piel, descarte estas patologías y las trate de ser necesario.
El tratamiento incluye:
- Bajar de peso para disminuir la carga sobre los talones. Evitar pasar mucho rato de pie. Usar zapatos adecuados que no aprieten, sin taco, etc.
- Hidratar los pies diariamente con cremas que contengan queratolíticos como urea y algunos ácidos. Estas cremas son bastante mas gruesas que las cremas hidratantes de cuerpo ya que deberán penetrar la capa de queratina para poder realmente hidratar la piel. Se obtienen mejores resultados si se aplica la crema sobre la piel húmeda y se espera un rato a que se absorba antes de ponerse los zapatos o caminar, lo ideal es aplicarla justo antes de dormir.
- Debridamiento físico repetido (exfoliación): humedecer los pies en agua tibia para ablandar la superficie y usando una crema exfoliante o lima para eliminar las capas más superficiales de manera suave y constante. Esto debería repetirse según la tolerancia entre una vez a la semana a una vez al mes. En la repetición se logra mantener la piel en mejores condiciones no en la fuerza aplicada cada vez, así que no hay que buscar resultados inmediatos.
- En casos más severos pueden ser necesarios retinoides tópicos, corticoides tópicos, fototerapia, retinoides orales, etc.
Los pies deben ser cuidados al igual que la piel del resto del cuerpo, sin embargo frecuentemente los pasamos por alto. Espero que estas medidas les ayuden a recuperar la suavidad de sus pies después de un gozado verano. Un saludo cariñoso, Catalina Andrighetti Ferrada.