Los hemangiomas de la infancia son los tumores más frecuentes en niños. Son benignos, aparecen entre un 5 a 10% de los recién nacidos y están compuestos de vasos sanguíneos. Se presentan con más frecuencia en mujeres, gemelos y prematuros. Pueden encontrarse en cualquier parte del cuepo, aunque lo más común es que se ubiquen en la cabeza.
Al nacer el niño suele tener una mancha violácea, rojiza, blanquecina o incluso piel aparentemente sana. A los pocos días comienza a crecer rápidamemte un bulto rojo brillante o violáceo. En un 20% de los casos hay más de un hemangioma.

Aunque sean muy frecuentes, se suele confundir cualquier mancha roja en la piel con un hemangioma y es importante diferenciarlos de otras lesiones vasculares porque su evolución es muy diferente.
La evolución de un hemangioma tiene 3 fases: la fase de crecimiento en la que aumenta de tamaño de manera progresiva por los primeros tres a cinco meses de vida. La fase de estabilización en que deja de crecer manteniendo su tamaño y dura hasta el año de vida. Y la fase de involución en la que progresivamente disminuye su tamaño hasta desaparecer en algunos casos o dejar una mancha o bulto en otros, esta fase dura hasta los tres a cinco años.
El diagnóstico se hace mediante el examen físico, en algunas ocasiones es necesario tomar una ecografía u otra imágen para confirmar el diagnóstico o vigilar la evolución. Excepcionalmente se puede requerir tomar una muestra o biopsia.
Como mencioné antes, los hemangiomas son tumores benignos y en su gran mayoría se resuelven sin mediar tratamiento farmacológico. Sin embargo hay circunstancias que hay que considerar tratar de manera oportuna: cuando la ubicación compromete algún órgano sensorial como la visión, audición, olfato y gusto ya que estos órganos se encuentran en desarrollo al momento de nacer y alguna obstrucción puede coartar su óptimo crecimiento. Los hemangiomas grandes y en ubicaciones de alto roce tienden a erosionarse y hacer úlceras que son muy dolorosas. Por último ubicaciones estéticamente complejas como la cara.



El tratamiento depende de cada niño, y las características del hemangioma que describimos antes. En la mayoría de los casos se pueden únicamente observar. Otros requerirán betabloqueadores tópicos u orales. Las lesiones residuales se pueden manejar con laser vascular, cirugía plástica, etc.
Me ha tocado muchas veces recibir pacientes que llegan a la consulta con lesiones residuales disconformes porque les habían dicho que iban a desaparecer. He recibido padres que llegan aterrados porque han visto fotos terribles que aparecen en internet. Y también me ha tocado recibir pacientes con otras lesiones vasculares que nunca fueron hemangiomas. Por eso es crucial la evaluación precoz por dermatólogo que haga un diagnóstico correcto, eduque sobre la evolución, trate de acuerdo al caso y acompaña los padres durante el proceso. Un saludo muy cariñoso, Catalina Andrighetti Ferrada.