A la hora de prevenir el envejecimiento, generalmente ponemos especial atención en nuestra cara pero el cuello siempre es el gran olvidado. Es importante considerar tener una cara con apariencia luminosa, descansada y juvenil no se puede acompañar de un cuello con aspecto avejentado, manchado y opaco. Por suerte existen formas de prevenir y tratar el fotoenvejecimiento del cuello para que sea concordante con el aspecto de la cara y cómo nos sentimos por dentro.
Para comenzar la piel del cuello es muy delgada, casi tan delgada como la de los párpados, también carece de estructura de soporte por lo que fácilmente desarrolla arrugas y flacidez. Además está constantemente expuesta, especialmente durante el verano lo que propicia a desarrollar fotodaño. A esto se le suma la frecuente exposición a fragancias con el riesgo de sensibilización y alergias. Todo esto se manifiesta clínicamente como áreas eritematosas, amarillentas, atroficas y pigmentadas lo que se denomina poiquilodermia.
Fotodaño piel cervical o poiquilodermia: areas eritematosas, amarillentas, atróficas y pigmentadas.
Además son frecuentes las arrugas posturales horizontales en el cuello dada la tendencia constante de mirar hacia abajo ya sea en el trabajo o viendo el celular. También pueden aparecer arrugas verticales por efecto del músculo platisma.
Arrugas horizontales cervicales dependientes de la postura de la cabeza.

Arrugas verticales cervicales dependientes de la fuerza del músculo platisma.
Otro fenómeno frecuente de encontrar en el cuello son los acrocordones o skin tags que tienen asociación con el sindrome metabólico que incluye el sobrepeso y la resistencia a la insulina, también tienen un importante componente genético y se asocian a sitios de fricción constante (por ejemplo: pelo, collares, cuellos de camisa, etc).
Cuidar nuestro cuello con estas simples medidas desde jóvenes permitirá atrasar el envejecimiento y tener una piel con mejor aspecto evitando recurrir a terapias más agresivas en el futuro. Porque siempre es mejor prevenir que curar, un saludo cariñoso, Catalina Andrighetti Ferrada.